dilluns, 12 d’octubre del 2009

Viajar es jazz (Irán 1ª parte)










despierto echo grano, en un metrónomo de arena

y desde esta partitura de salitre en decadencia
me siento marcando el tiempo melódico del afuera

lianas de citar evitan mi caída: la nada musical
y un saxofón construye ráfagas de cabellos a que asirse
y un marcapasos en estuche, asegura un mínimo vital…

afinadas las velas que delimiten pistas veladas de despegue
suena el mástil que prenderá las gasolinas y los desvelos
y redobles de tambor que precipiten mil avalanchas de arena

¡flash! encendidos los focos sobre las cimas de los andenes
desfilan, entre castillos de fuegos, caravanas de gitanos ciegos
y da comienzo el más incierto de los espectáculos: el viaje y el jazz

y es que no existe nada tan incierto como viajar y como hacer jazz
no hay nada tan apasionante como ese vacilante caos que empuja
hacia la siguiente extraña ciudad o hacia el siguiente acorde enmascarado…


2 comentaris:

  1. Llevo años deseando ir a Irán y nunca encuentro el momento. Te brindo la más sana de las envidias.
    Y cuenta, cuenta...

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  2. Salí de Irán por Tabriz, por la frontera de Armenia, y en esa frontera, hay un pequeño camino entre fronteras, una tierra de nadie, que se debe hacer andando, no más de unos 2 km. Pues bien, mientras hacía ese corto camino, yo lloraba de felicidad por lo bien que lo había pasado en Irán (y yo soy poco llorón). Jamas encontré un país tan preparado para acoger al viajero... es impresionante, mi mejor experiencia en viajes...

    Saludos Jota!!!

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