en ocasiones, nos asomamos seguros hacia el precipicio
convencidos de que preferiremos estar de este lado
y en ocasiones no miramos, por si acaso…
y hay quién es valiente (o estúpido) y se prueba
y se balancea bufón con los brazos extendidos
deseando, seguramente, que una ráfaga de viento
no precipite su decisión…
yo sé y él sabe, que habrá mañanas llenas de faldas
y mil atardeceres llenos de dátiles
que habrá mil noches llenas de pecas
y mil lechos hechos de algodón y sin látex
en ocasiones, la vida está llena de posos del café
y recorremos campos de pomelo o de toronja
y es preferible hacerse el despistado, y no mirar,
por si acaso...