dimecres, 4 de juliol del 2007

pellejos y despellejos (mi único poema con punto al final)





si esto fuese un registro
sobre variedad de pieles,
habría que hablar de gelatinas,
y de surcos e hiatos del Perú,
de viajeros en desiertos azabache
de durazno, de mazapán, de magnolias...

cuan minuciosa colección
un catálogo definitivo sobre todo tipo de piel
los escribas hablarían de reptiles, sí,
pero sobretodo, de las que no-son-sin-ser-con-otras
de las sólo en potencia como la mía
boca abierta de Uyuni: sal y sed de tu piel

hoy leías el horóscopo (que mentía)
te rogaba “da piel” que nunca diste
y no hubo comunión: no hubo mi-piel-con-tu-piel
y yo no osaría contradecir a los astros
pero esta lepra es señal suficiente (y garrote vil)
de que se han equivocado: hoy ha muerto un hombre…

…despellejado.

2 comentaris:

  1. ¿Cuánto de ciego tiene que estar alguien para renunciar a tanta belleza, Fidélico?

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  2. prefiero no contestarte aquí, pero respetando la libertad de opinión, dejo tu pregunta como abierta ;)

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